viernes, 4 de junio de 2010

Descorne de un Bovino (Los Cardales, Pcia. Buenos Aires 4 de Junio de 2010)

El descorne de los bovinos se debe a que en primer lugar se lastiman entre ellos, y en segundo lugar, si están comiendo de los comederos, como es el caso del feed-lot, un animal con cuernos, con el afán de comer más, se vale de los cuernos para molestar a los demás animales y no dejarlos comer, ellos lo toman como una cuestión de jerarquía, con el consiguiente perjuicio económico que ello implica. Es exactamente igual que en los seres humanos, el cornudo, al que le meten los cuernos, le comen la comida……………!!!!!!!!!!!!!

Yerra en Los Cardales - 4 de Junio de 2010





viernes, 28 de mayo de 2010

Gallego Oraldo - Diálogo Club Social Salliqueló

Diálogo entre el Gallego Oraldo, Claudio Caporali y Pablo Martín, en el Club Social, el sábado 22 de Mayo en ocasión del cumpleaños de Delfina; en realidad, fue grabado el Domingo 23, entrada la madrugada.-

miércoles, 3 de marzo de 2010

La Balsa








De izquierda a derecha. Parados: Melitón (Daniel Martinez), Diego (Rodrigo García) El Vasco (Ramiro Moreda) y Yaco (Enzo Monti).-
Abajo: yo y Tuno (Juan Manuel Rivada).-



Una noche de calor, de diciembre de 1998, muy cerca de fin de año, comiendo un asado en la quinta de Ramiro, surgió la idea de armar una balsa para llevarla a la “isla” (balneario ubicado en Epecuén de agua con un alto grado de salinidad), no teníamos lancha y por lo tanto se nos ocurrió navegar el lago Epecuén de esta forma.-

Fuimos a hablar con Maranga (Maranzana) con el objeto de que nos guié para construir la balsa; no recuerdo que fue lo que pasó, pero el proyecto con Maranga quedó trunco.

Antes del 31 de Diciembre llegó Enzo (Yaco) a Salliqueló y le comentamos la idea que teníamos, se entusiasmo inmediatamente, el estudiaba Ingeniería mecánica, así que fue quien diseño la balsa.

En los primeros días de Enero de 1999 empezamos a construirla con cañas en el piso y de flotadores, usamos 6 tambores de 200 litros, 3 de cada lado, unidos con caño estructural. Fuimos a la estancia “La Josefina”, pedimos permiso para cortar las cañas, el cual nos lo fue concedido inmediatamente y nos pusimos manos a la obra. Respecto a los tambores, los conseguimos visitando varios talleres mecánicos de nuestra localidad.

Una vez reunido el material necesario, empezamos a gestar el proyecto en el patio del taller propiedad del Sr. Rolando Silleta.-

Construida la balsa, nos encontramos con un pequeño problema, la habíamos hecho tan grande que no la podíamos sacar por el taller, (5 x 4 metros), no pasaba por el portón de atrás. Tuvimos que pararla y sacarla por la parte lateral del terreno.

Conseguir el material necesario y construir la balsa nos demandó tres días, empezamos un jueves y el sábado a la noche estaba lista.-

Para transportarla tuvimos que pedirle un chango playo al Sr. Jorge Hernández, porque el que teníamos era muy chico. Conseguir el chango nos insumió toda la mañana del domingo, por lo tanto partimos después de almorzar.

La incertidumbre era muy grande, no sabíamos si iba a funcionar y por lo tanto hundirse ni bien tenga contacto con el agua. Habíamos pensado en ir a probarla al desagüe, ya que el taller estaba a 200 metros, pero no tuvimos tiempo, tampoco sabíamos si al llegar nos iban a echar, lo que hubiese sido una fiasco literalmente, ya que haber trabajado 3 días para no poder botarla, iba a ser muy desilusionante.- Todo era una incógnita.-

El plan consistía en entrar por la parte de atrás del balneario, tirarla al agua lo más rápido posible y una vez en el agua, sino se hundía, llevarla frente a la costa del balneario, ya después, si nos querían echar, nos iban a tener que sacar.-

Así las cosas, partimos rumbo a Epecuén, llegamos y efectivamente como lo teníamos planeado, entramos por atrás, la bajamos y la botamos. Todo funcionaba perfectamente, por lo que la llevamos frente a la costa del balneario. Para maniobrar la balsa usamos 2 cañas que hacían de remo y para tenerla inamovible encontramos un tacho de 20 litros lleno de cemento, lo sujetamos con hilo de rollo a un caño estructural de la balsa y lo usamos de ancla.-

Paramos la balsa a unos 70 metros de la costa. Estuvimos todo lo que quedaba del día en el agua, la usábamos de trampolín, al agua y arriba por la escalerita que le habíamos hecho y así una y otra vez, hasta entrada la noche. Cuando el estomago nos empezó a avisar que estaba vacío, llevamos la balsa, la cargamos y nos fuimos a hacer un asado al camping del balneario. Había terminado la joda de la balsa, una linda joda, sobre todo cuando la haces con amigos.-

Con el tiempo, nos enteramos que efectivamente nos habían querido echar, pero Daniel Sierra tenía la concesión del Pub del Balneario y él fue quien nos salvó. Después de este episodio, volvimos a la isla, pero ya sin la balsa.

A la reina, la llevamos al campo y ya no la vimos más.

Alguien nos dijo que como consecuencia de la feroz inundación que sufrió el campo en el año 2001, la reina siguió navegando.-

viernes, 12 de febrero de 2010